He de sincerarme contigo buen amigo Leonardo
La conozco hace poco y parece que la conozco tanto
Y aunque en un principio lo hacía, ya no temo hoy entregármele
Entregármele a mi modo
Entregarle mi silencio, mi mirada y mi pensar
Entregarle un sentimiento y otro, y aun más
Entregarle toda mi vida, mi esperanza, mi soñar
Quisiera también entregarle cada aliento
Cada uno con la sutileza del primer beso
Te aseguro también que cada suspiro prófugo de mi ser, se refugia enternecido en el candor de su mirada
De esa triste y picara mirada que reúne la dualidad del embeleso
O en sus labios o en su cabello terso o en sus mejillas plenas de rubor, en toda su grácil figura