Ese vicio mío de besarte, de mirarte, de quererte, de desearte

De sufrir en tu ausencia y en tu presencia quedar mis lagrimas al ras,

es el único vicio que no querría nunca quitarme

Porque con ese vicio al correr de los años,

sé que podré reconfortarme de haber a veces sufrido tanto

y que amándote también tanto

no podre alejarme de ti ni dejar de amarte nunca jamás.