BAUTIZO  DE MARTHA CAMILA 118

 

Lo único que debo hacer para resolver mi vida, es volver a la senda del triunfo, y lograr una vez más; la realización de un proyecto.

 

En teoría la experiencia que tengo, no nada más de mis triunfos, sino que principalmente de mis fracasos; es lo único que necesito.

 

¡Vamos pues! Vamos a hacerlo de nuevo, vamos a tornar el fracaso en la entrada a una nueva era de progreso para la familia.

 

Cuando niño no necesitaba entrar regularmente a clases para obtener calificaciones envidiables, así fue como llegué a ser uno de los mejores 3 de la escuela; sin estudiar nunca.

 

Cuando tuve la oportunidad hice carrera bancaria hasta un nivel que me enorgullece, si considero que al  ingresar comencé como mandadero, aunque mi I.Q. me situaba arriba del promedio, y llegué a ser el funcionario de apoyo al Grupo de Asesoría  de un Director Regional, y posteriormente el Gerente Administrativo de una sucursal con más de 40 empleados; hasta que me derrumbé

 

Cuando tuve que vencer una adicción de las que solo unos pocos escapamos, recuerdo bien cuando no fui yo, fue mi cerebro el que tomó el mando y me hizo ver que ya no quería que bebiera más Grand Marnier, teniendo la copa en la mano, el brazo no lo llevaba a la boca, y si con la ayuda de alguien lo ingería; mi organismo se encargaba de inmediato de expulsarlo.

 

Si necesito vender en un tianguis, me tiendo en cualquier sitio y si a alguien llevo de ayudante lo dejo bien instalado y yo me levanto con productos en la mano y camino entre la gente, y ofrezco lo que vendo, y acabo convenciendo a más de los que me ignoran.

 

He iniciado 2 negocios de abarrotes y vinatería sin contar con gran capital y han crecido.

 

He vivido de la venta de joyería de oro y plata a mis familiares y mis amigos y los familiares y amigos de los mismos; por más de año y medio y para eso se requiere cierta mentalidad.

 

Me he adaptado a vivir una vida organizada y en orden, sin vicios, y respetando todas las reglas, en un País al que yo decía que nunca habría de venir como tantos otros a trabajar; y se requiere humildad para trabajar en la pizca o de jornalero.

 

Dije voy a vender mole poblano y queso Cotija en las cadenas de supermercados y el negocio duró dos años hasta que fui desplazado por alguien con más capital.

 

Bueno pues esta vez, voy a iniciar un restaurant. Y en cuanto lo escribo me doy cuenta que lo he hecho, la decisión está tomada, el día de mañana voy a continuar con la búsqueda de un local que parezca apropiado y en cuestión de unos 2 meses tendrá que estar funcionando.

 

Voy a poner en riesgo el futuro de toda la familia, pero alguien tiene que hacerlo, sé que existe posibilidad de fracaso pero también de éxito.

 

No es prepotencia pero ¡Voy a lograrlo!

 

 

Luego nos vemos…