Paloma
Lo que hoy quiero platicarles es otra vez algo de eso, con lo que de pronto te encuentras en cualesquier sitio; sin necesidad de poner atención a algo en lo particular.

Resulta que mi esposa y yo salimos a la calle sin un programa exacto de lo que necesitábamos, o pretendíamos hacer durante el día; varias cosas importantes para la familia de una o de otra forma.

Ya en la calle decidimos ir primero a un “tianguis”, mercado al aire libre que normalmente en México Ciudad Capital se establece x día de cada semana en las calles de alguna colonia con autorización de las autoridades, y en los que se puede encontrar literalmente todo tipo de artículos, sólo por mencionar unos, estamos hablando de Muebles para la casa, equipo de oficina, computadoras, todo tipo de verduras, legumbres  y frutas, cecina de res y de puerco de Tlaxcala o al menos estilo Tlaxcala, aguas frescas, tacos de canasta, de suadero, de carnitas, etc., al igual que pozole, pancita, ropa interior, chamarras y vestidos, bisutería, abarrotes, discos y dvd’s pirata (esto no está autorizado desde luego y es común que lleguen las autoridades a confiscar ese tipo de mercancía)

A qué veníamos a este lugar dejó de tener importancia, en cuanto fuimos adentrándonos a los terrenos  en donde día a día se instalan una variedad de comerciantes, de alguna forma similar a lo que estábamos acostumbrados allá, con una variante, es un fracaso, muchos espacios desocupados, casi sin público, muchos de los comerciantes ya comenzando a levantar sus puestos, y de pronto una pareja de chinos nos preguntaron si queríamos que nos dieran masaje.

Animé a mi esposa y aceptó que la chinita ejecutara en ella sus artes, y en menos que les platico ya la mujer había colocado a mi esposa; en un mueble apropiado para su trabajo.

Pues bien, yo tomé asiento y me dispuse a esperar lo que fuera necesario, mientras tanto simplemente me dediqué a ver pasar a la poca gente que andaba por allí buscando que comprar, a los comerciantes, unos a viva voz tratando de llamar la atención respecto a los productos que tenían en venta, de pronto estaba yo mirando las nubes, o con la vista perdida no sé dónde.

De pronto me llamó la atención una paloma echada apenas a un paso de mi, y extrañamente muy tranquila, quiero decir, normalmente esos animalitos son recelosos de los humanos porque el humano común, generalmente no se comporta adecuadamente con ellos. Recuerden que los que mejor tratan a esta especie y les construye sus casitas y vertederos, tarde o temprano, o se los come, o los vende para que alguien más lo haga; otros como los niños, simplemente los molestan.

Bueno, el caso es que pude percatarme de que la palomita no estaba echada en la posición tal cual sus congéneres acostumbran, una de sus patitas la tenia afuera y adelante de donde su pechuga descansaba en el piso, y la otra bajo su cuerpo.

Si se preguntan que como supe que era una “damita” es porque llegó de pronto un galán, y empezó a tratar de conquistarla, no sé cómo se le nombre cuando como que “esponjan sus plumas”, o como que “sacan el pecho y levantan la cola”, me disculpo por mi ignorancia en estos menesteres, pero el caso es que la paloma levantó el vuelo.

Seguí en mi contemplación y al poco tiempo ya estaba echada otra vez cerca de mí, pero a mi costado, y lo hermoso de todo esto es que supongo que el pichón sabía que la paloma estaba de alguna manera lastimada y sin embargo la cortejó sin prejuicio alguno, aduciendo que son inteligentes, aún cuando los humanos no acostumbramos ver inteligencia en los otros habitantes de la Tierra, y la razón por la que ella no accedió desde luego la ignoro; pero obviamente tiene esa prerrogativa.

A mí se me hacia tarde para venir a compartir esto con ustedes, espero les guste y hasta luego.