Esa chica tiene que ser la mujer de mi vida, y yo a cambio voy a ofrendarle para siempre mi amor, mi respeto, mi protección y mi honor
Ella es para mí la cuna de mis ilusiones, testigo de mis emociones y quiero que cuando llegue a viejo, ella siga siendo mi dulce compañera; y cuando yo muera quiero irme con la satisfacción de haberla hecho muy feliz
Esa chica de quien hablo eres tú, mi dulce mujer con inocencia y picardía de adolecente, eres tu Martha y cada palabra que te digo brota de mi corazón; con toda mi sinceridad mi amor
Cada día me encuentro más de ti que de mí, comparto tus gustos en cosas que antes no me gustaban y no me quejo. Recomiendan los que me han visto cambiar que no me pierda en la pasión, pero, ¡ellos no saben!, no imaginan todo el ensueño, todo lo hermoso que resulta tenerte y siendo eso lo que yo buscaba y lo encontré; quiero completamente perderme en ti
¿Por qué habría yo de tener temor a la felicidad? Si tú me quieres nadie tiene nada más que decir
Para mí no hay más belleza, más ternura, ni más candor que lo que encuentro yo en ti
Tus pequeños ojos cafés, tu hermosa cabellera, tus labios, tu figura, tus miradas, tu voz; toda tú.
¡Yo no sé si seas un sueño, pero mientras que esté soñando; yo no me aparto ti!