ROSA

¿Corazón te acuerdas como fue que me metí a tu vida, así, de improviso, sin ninguna advertencia, sin dejarte pensar, sin pedirte permiso, y cuando menos lo pensaste; ya estabas enamorada?

Para  mí fue maravilloso y lo ha sido por el resto de mi vida, fue una maniobra de la que me siento orgulloso, yo soy tímido y ahora ya lo sabes y, por lo mismo; ¡ni yo mismo me la creo amada mía!

Me comporté muy audaz y  yo no sabía que lo era, de pronto no te dejé ni a luz ni sombra, y es que, ¿Qué quieres que te diga, de qué otra manera puede reaccionar un hombre ante tan bella hembra?

Pero más que todo, lo que me maravilla es que sigas a mi lado, sé muy bien de todos los defectos que adolezco y que te hago padecer, lo siento mi chiquita; ¡es casi imposible cambiar más todavía!

Me deshice de todo lo que hacía más daño, ya soy hombre serio, no me perturbará nunca ninguna mujer, lo garantizo. Ya no bebo, ya no fumo; pero alejarme de tu lado; no te lo puedo ofrecer.