Se me han venido juntando los errores y los fracasos, en el morral que me eché al hombro izquierdo; desde el momento en que empecé a caminar.
Pero, sucede que en el hombro derecho me colgué otro morral, en el que guardo mis aciertos y mis triunfos, y no son pocos; también tienen peso.
Siempre me han dicho que no importan los errores, se trata de seguir adelante y solamente aprender de ellos, que no mire hacia atrás; que me perdone.
Sin que haya yo preguntado, alguien ha tratado de que no me envanezca de lo bueno; porque eso es a lo que estoy supuesto y que la vanidad hace daño.
Habrá que reconsiderarlo todo, yo sé que si no atiendo las recomendaciones voy a acumular una carga en los dos hombros con la que no pueda ya más.
Pero se me ocurre, ¿Qué no será mejor tirar muy lejos los dos benditos morrales y solamente caminar por caminar, sin hacer caso a todos los consejos?