Tú no eres el que hace la poesía, tampoco tu prosa
Solo eres el que lleva a la pluma de la mano
Mientras que ella danza sobre la hoja blanca de papel
Con tus artes de mimo gesticulas para guiarla
Y haces suertes y movimientos con todo el cuerpo
Para pedirle que siga los acordes de la melodía
Que no te está motivando sino exigiendo que escribas
Y esa música brota irremediablemente de tu alma
Sí, pero no fuiste tú el que la puso allí; fue el amor
Fue aquel par de enamorados hace ya algunos años
Cuando supieron como habrías de llamarte
Inclusive antes de que te llegaran a concebir
Tú no aportas tampoco la belleza a tus palabras
Solo describes lo que es belleza, pero ella te atropella
Ella te somete, ella te enajena, ella te enerva
Y a veces solamente con una mirada te envenena
Por la belleza yo sin problema alguno suelo sucumbir
Y no tengo ningún inconveniente de vivir para ella
Solo me resta definir qué es para mí belleza
¡La belleza es tener a mi amor a mi lado para toda la vida!
Si no lo tuviera, no me importaría nada morir