Unas cuantas letras dedicadas a un “insignificante” ¿caracol, baboso? Ni siquiera sé bajo que nombre debo referirme a ellos.
Lo que sí sé es que seguido encuentro a estas criaturas por allí en alguna pared del patio de la casa y que les he enseñado a 2 de mis pequeñas nietas a no perturbarlos, permanecen en un punto x de la pared hasta por días, pienso que debe ser complicado mudarse cargando con tu casa a cuestas.
De la misma manera mis nietas ya aprendieron a que todas las flores son hermosas sin excepción, en la casa tenemos rosales de tres colores diferentes pero ellas aprecian igual a las rosas que a esas florecitas silvestres amarillas que brotan de pronto de entre el césped, Incluso les fascina el Diente de León.
El caso es que hoy temprano al salir de la casa rumbo al trabajo encontré uno de esos (vamos a llamarles así) caracolitos subiendo yo diría que “hecho la mocha” por la pared y supongo que aprovechando que estaba mojada y podía desplazarse mejor que cuando seca.
Alguna gente acostumbra decirles a algunas personas que parecen babosos y que los reconocen por la huella que van dejando, ¡Caray, Caray! Me pregunto acerca de la gente que así se mofa, ¿conocen bien a estos caracolitos de los que estoy hablando?
Porque no deberían de tratar de insultar a una persona comparándolos con una criatura que es una maravilla, que no les pide nada, que no es agresivo ni venenoso, si quieren insultar a alguien, pues que les digan que se están pareciendo a ellos mismos, que no son caracoles pero también dejan huella; de algo en lo que se transforma cuando se procesa y se descompone lo que los alimenta.