Brotó  un capullo en el único rosal que cuidaba un jardinero y le dio gusto y se llenó de sueños.

Le prodigó al capullo mil cuidados y hasta le dedicó desvelos, fueron muchos buenos ratos y mientras fue capullo no hubo ningún desasosiego; cuando abrió, solo algunos muy ligeros.

Hubo entonces una y luego otra semillas malogradas y cada una en su momento, fueron también elproducto y la semilla de mil sueños

Fue Dios el que quiso que no fueran bien logradas

Sé muy bien que Él bien supo que a aquellas semillas, para que otras se dieran; Él habría de separarlas

Y el jardinero trabajó con ahínco en su querida parcela, le abonó y la sembró de nuevo

Y aquella nueva mata de clavel, rojo y perfumado por cierto, a punto estaba de ser derribada por las aguas.

Él la amarró a fin de afianzarla para que no cayera y con la ayuda de Dios… se le logró

El jardinero prosiguió sus cuidados, quitando yerbas y malos bichos y aconteció que otra semilla, que no había pensado sembrar todavía, en algún descuido cayó y tan fértil era esa tierra que también se logró.

Era un tulipán negro que, el muy terco, contra todo, y aunque sin cuidado alguno pues nadie adivinaba lo sucedido, enjundiosamente se aferró a la vida, realmente cuando lo supo el jardinero ya le faltabapoco para florecer.

Y es que esa tierra era bien harto buena y, la semilla de seguro buena porque sin cuidados se logró.

Porque la parcela era pequeña y para que ella y él pudieran dedicarle toda su energía a esas sus matas,decidió el jardinero no volver a germinarla.

La parcela por cierto jamás lo comprendió, pero es que la parcela sentía que para eso ella estaba.

Bien o mal, nunca otra semilla se sembró

Pasa el tiempo, ya son años, la Rosa tiene ahora sus espinas en el tallo

¡Muy bonita, que fragancia! , pero piensa el jardinero que aun no es tiempo de que otro aspire su perfume

¡Pobre iluso! ni queriendo va a poder evitarlo, y los insectos en enjambre listos a devorarla, y el jardinero trata de ahuyentarlos, lo logra con todos menos uno, espinándose las manos y sangrándole el alma

Y el Clavel tozudo y fuerte pero débil de espíritu mucho se mueve por tenue que venga el viento y se resiste a afianzarse bien su raíz

Y parece que se quiebra o que pierde pétalos y hojas, dependiendo aun de aquel amarre que lo ayudaraa vivir

Y aquel pobre jardinero que ya quisiera quitarlo, ¡más le vale a  él quitarlo y al otro que no se caiga!

Y luego el Tulipán, altanero, violento, valiente y negro

¡Que precioso! , pero rebelde y listo si es necesario a deshojarse

Recuerda con su presencia al jardinero que no fue programado a sembrarse, pero al fin y al cabo proviene del mismo semillero que las otras matas del jardinero y que desde luego,  le ha cuidado con el mismo esmero

Y le sucede al jardinero que ya se siente viejo y aun no ha terminado de crecerles, y se pregunta a sus adentros si es que ha logrado inculcarles de que quieran a la tierra en donde se han logrado

De que cuiden sus raíces que han de poder soportarles y que por su bien, siendo uno del otro tan diferentes, no se olviden que tomaron la misma agua de las entrañas de la misma madre

Y de que hubo un hombre que bien o mal, pero a su modo, dejo de andar veredas y se quedó en su querida parcela, siempre para cuidarlos