En mi propia situación y en la de muchísimas otras personas, esto es lo que habitualmente sucede, uno se pone a jugar a los enamorados, empieza a tratar de seducir o conquistar a quien nos atrae, nos procuramos una imagen y una personalidad que pretende ser cautivadora, nos llama la atención lo que nuestros ojos ven y las palabras que queremos escuchar y estamos listos para jugar al Amor.
Jugamos, ganamos, perdemos, empatamos y vamos adquiriendo experiencia
En algún momento somos convocados a la selección o nos la agenciamos para quedar en ella
Nos toca ganar y nos toca perder, según sus asegunes
Y de pronto ya estamos viejos y ya no podemos jugar, o para hacerlo tienes que acudir no tan solo a la sapiencia sino que también a la ciencia; siempre encontraras buscando un buen recurso
Glorificas en tu memoria las grandes jugadas y proezas de antaño y ves ahora a tus vástagos comenzar la brega y de pronto dejas de preocuparte por eso y te ves jugando con tus nietos.
No significa que estés viejo, no, ¡como pasas a creer!