Ese día andaba yo buscando trabajo con el ánimo caído por causa de mi alcoholismo, de esos días en los que pues sales tratando de dar remedio a tu vida, un poco por que así debes hacer el papel de Padre y Esposo, pero sin buen estado de ánimo y muchas culpas en tu morral.

Me encontraba sentado en una banca en la parada de los camiones locales esperando el  próximo, sin frio, sin calor, cabizbajo, sin hambre, hosco, malhumorado culpable y de pronto me dice una persona que se encontraba sentada a un lado de mí; ¿Qué bonito día verdad? , levanté la barbilla y mire hacia la izquierda y mantuve la mirada mientras giraba hacia la derecha y al ver un día soleado con   clima templado no tuve más remedio que asentir y le contesté al hombre que sí, ¡era un día bonito!

La cuestión es que el hombre era ciego…….