Yo soy poeta solamente porque lo quiero ser y así me lo he creído a fuerza de repetirlo pero, sé de mis muchas limitaciones y básicamente sigo un ideal que me formé cuando de niño descubrí que mi Papá tenía un librito, un cuaderno de poesías escritas a mano que en su momento me lo quedé y al tiempo lo extravié o lo perdí, o lo arrojé de mí lejos en alguno de esos momentos erráticos que me distinguen; y desde entonces me acosaban.

Debo haber tenido tal vez 7 años puesto que ya sabía leer pero obviamente nada de conocimientos generales acerca a de ninguna materia aún, bueno al día hoy tampoco.

Desconozco si  eran poesías de él o de aquellos a quien él haya admirado, no me acuerdo; lo que sí recuerdo es que a él le gustaba Amado Nervo, Salvador Díaz Mirón y Ramón López Velarde; y a la vez me inculcó el gusto de escuchar a Manuel Bernal declamando poesía en la “W” Radio.

Y dicho esto, ya  adentrado en esas cosas de la conciencia sucia, algo similar pasó con respecto a mi Mamá, la víctima en este caso fue un disco reproductor de música a 45 R.P.M elaborado con vinilo, en el que ella había grabado algunas canciones, le encantaba cantar y lo hacía muy bien. Yo me ponía celoso de que en todas las reuniones de familia y de amigos ella fuera el centro de la atención, siempre he sido posesivo y desconfiado de la gente; entre otras cualidades.

La cosa es que frecuentemente cuando escucho música que estuvo de moda en aquellos años de los 60’s generalmente le digo a mi esposa: Yo cantaba esa canción en las fiestas; tenía un buen repertorio y a mi si me gustaba ser yo el centro de la atención.

Una nota: Mis Padres cantaban muchas canciones también juntos, mi Papá le hacía a mi Mamá una magnifica segunda; siempre que cantaban la canción “El Cantador” sin decirlo a viva voz me la dedicaban a mí, o eso yo sentía; al final terminábamos cantándola juntos los tres.

Me gustaría creer que algún día los voy a volver  a ver……