Un buen tiempo ha, que navego sin rumbo en la oquedad de mi mente, sin encontrar la explicación razonable; de lo que tanto me mortifica.
Tengo la obligación moral, ineludible, de servir como guía para mis hijos, y con toda honestidad es una tarea que de entrada me queda grande.
¿De dónde tomo la sapiencia, la serenidad, la comprensión, la experiencia; que basten como para pretender que los puedo guiar al triunfo?
Yo mismo he andado extraviado toda vida, he necesitado tomar medidas radicales, en muchas y diversas ocasiones; apenas para mantenerme de pie.
He tenido que convencerme de que el triunfo de un hombre no reside en la acumulación de poder o de fortuna, me conviene creer que eso es intrascendente.
¿Debo formarlos como conformistas?
¿Debo pedirles que sean sumisos?
¿Tengo que frenarlos de soñar para que pongan los pies en el suelo, en la realidad, y se sometan a la comodidad de un ingreso regular y eviten tomar ofertas de posibles mejoras por temor a que se conviertan en fracasos; y que prefieran la estabilidad?
¿Tengo que enseñarles a darle explicaciones a todo aquél que se las requiera?
¿Qué pongan la otra mejilla?
¿Cómo les explico que no basta una carrera de licenciatura en la universidad, para tener una posición cómoda? Sino que tienen que conformarse con la mediocridad, y que para mí estuvo vedado el proporcionales una Maestría o un Doctorado.
¿Cómo se los explico?