¡Y heme aquí!, tratando otra vez de analizar mi propia vida, a partir de las escenas de la Tragedia y la Comedia Humana que he presenciado y se me han quedado grabadas en la memoria, así como si las hubiera guardado  para cuando realmente las pudiera  comprender; aquí una de ellas:

La muda que, bajo el efecto de las copas, estaba cantando con el grupo de mariachis que amenizaba el lugar en el que departíamos alegremente varios compañeros de trabajo.

Sí,  es una situación que a la mayoría de las personas, me temo, le puede causar gracia y expresiones como:

¿Te acuerdas de esa pinche vieja loca, la briaga muda que estaba cantando con los mariachis? ¡Pinche puta loca!

Y yo digo:

En primer lugar para que haya una puta tiene que haber quien pague por el servicio.

Para que haya una muda puta y briaga, tendríamos que ver cómo fue educada y formada por su familia y su entorno social, quien ha tratado de apoyarla para que salga de ese bache o si no tiene a nadie a quien le importe, habría que preguntarle qué tan bueno ha sido con ella su Dios; aunque tal vez ni siquiera lo conoce.

Estaba cantando amargamente, con más emoción y sentimiento que cualquier artista que haya yo presenciado antes cantar esa canción, y estaba cantando digo porque así es como ella lo creía; aunque realmente eran solo sonidos guturales, quejidos, pujidos y llanto (ignoro si de alegría o con sarcasmo)

Para poder yo reírme de ella y admirarme de su alcoholismo y su profesión, tendría yo que no haber sido nunca un borracho, y no ser cierto que de algunas cosas que yo hice en la vida; de ninguna manera me acuerdo de ellas.