2014-10-20 13.10.07

Feliz de la vida de haber comenzado a caminar a través de mi sexagésimo año de vida, ¿y cómo no estarlo?, es cierto que no he resuelto algunos asuntos, es cierto también que no he logrado todas mis metas, pero precisamente el motivo de mi felicidad es porque sigo teniendo, por el día de hoy, la oportunidad de darle el toque final a mi obra; y así lo intento.

 

Como hijo, como hermano, como esposo, como padre o como amigo, estoy consciente de que no he sido “La gran cosa”. No me disculpo ni culpo a terceras personas, simplemente así es como se da a veces la vida, tienes que transitar por senderos que no conoces sin tener muy claro que es lo apropiado, y haces lo que buenamente se te ocurre; después ya no hay remedio.

 

Hubo una ocasión que un doctor le dijo a mi esposa: Señora si su esposo no deja ese tren de vida yo dudo mucho que llegue a cumplir los 30 años, cuando yo tenía 28, y bueno, los últimos 31 han sido sin lugar a dudas más insensatos, y también mas intensos, en el aspecto de que vivo como si estuviera apostando en una mesa de juego, desde luego; ¡O todo pierdo o todo gano!