El día de hoy es uno de esos días que no debiera uno ni siquiera salir de sus aposentos.
Un día en el que si está nublado te molesta, y si saliera el sol; lo mismo. A quien venga a mi lado el día de hoy con zalamerías no creo poder soportarlo, desde luego con muchísima más razón; tampoco a quien venga con ganas de molestar.
No quiero a nadie que me halague, que me compadezca, nadie que me aconseje, que me juzgue, que me critique; ningún entrometido….
¿Quieres saber qué realmente pasa en los adentros de una persona que tiene ya algún tiempo queriendo portarse bien?
Alguien que ha logrado reprimir sus instintos, que intenta aparentar sensatez, pero que está luchando contra la naturaleza de cada molécula en su ser, cuando alguien le hace la vida literalmente molesta hasta lo imposible, en su bendita terquedad de querer entablar una plática con un tema que no le interesa a uno en lo más mínimo en lo absoluto?
¡Quiere actuar como lo hace una bestia! Pero al final de cuentas lo único que puede hacer es dibujarse una sonrisa amable, hacer una expresión con los ojos bien abiertos, el seño levantado y asentando con la cabeza repetitivamente para expresar: ¡hombre!, ha sido un gran gusto el verte y ¡Que buena charla caramba!, lástima que tengo un compromiso ineludible y, cuídate okay?…….bye.
Entonces, evítame la pena y la degradación de ser tan hipócrita en mi afán de no ser grosero; ¡Y mejor no vengas!
Atentamente.
Yo Equis Y Griega y Zeta…..