Agradezco a Emilio Daniel Silva Segura por permitirme el uso de este Oleo que es de su autoría

Una de ésas historias extrañas o al menos increíbles de las que soy testigo de vez en vez.
Resulta que afuera precisamente de nuestro Restaurante se encontraba descansando un  hombre.
Un hombre de los que la gente acostumbra llamar desamparados, o “homeless” en otras latitudes.
Yo había estado haciendo momentos antes un ejercicio de contrición, de consciencia, de meditación.
Y cuando había quedado convencido de que he sido muy afortunado en recuperarme; apareció.
Le ofrecí un sándwich que le pedí a nuestro cocinero exprofresamente para eso.
Lo hice con respeto, lo aceptó de buen modo y se retiró….
Cabe mencionar que una colaboradora mía le había colocado también algo de dinero en la mano.
Hoy quedé sorprendido de que el hombre se encontraba comiendo en una de nuestras mesas.
Que otra de mis colaboradoras le completó unos cuantos centavos que le faltaban.
El caso es que yo noté en su mirada una mente lúcida, observaba e intuía en los detalles de nuestro Comedor, el cómo modificamos ese local; percibiendo que lo habíamos hecho con un propósito mas allá que solo el hacer dinero.
Debo asumir, supongo; que todos los clientes tienen su propia historia…..más allá de lo que los ojos  míos pueden normalmente observar.