Mi Señor, me dirijo a ti para pedirte que me permitas no cambiar nunca; quiero ser siempre genuino.
No dejes que me doblegue, no quiero cambiar el modo con el que viví; rebelde, soñando y luchando.
No es cuestión de orgullo, es de carácter, yo no voy a claudicar, no puedo, no debo; no sabría cómo.
Tener la capacidad de soñar y buscar el éxito, lo es todo para mí; la humildad es conveniente para otros.
Conmigo no compagina la prudencia, déjame mostrarles de qué estoy hecho, yo siempre apuesto todo.
No soportaría ver derrotado a uno de mis hijos o a uno de mis nietos; mejor el verlos siempre luchando.
No quiero que sigan a las mayorías, rezando Padres Nuestros pero sin Fe, los quiero ver orar; no rezando.
Pretendo que se levanten de toda caída que puedan llegar a tener, reinventándose, aprendiendo a vivir.
Y también, que al final no les espante la pobreza en la que tengan que vivir si fallaran; se puede ser feliz.
Yo he vivido en una casa de adobe y cartón, y me he alimentado de frijoles, tortillas, y café negro; todo bien.
He lavado los sanitarios de quienes pueden darse el lujo de tener sirvientes, he cosechado sus campos.
Quiero que los míos tengan la capacidad de eso, pero que no tengan que usarla; solo si es muy necesario.
¡A ver cuando platicamos de nuevo!……..